¡Malas noticias para el Milan!

Cuando el pasado 11 de julio finalmente se confirmó la renovación oficial de Gianluigi Donnarumma, todos los aficionados del Milan pudieron respirar aliviados por haber atado al heredero de Buffon después de un culebrón que tuvo como protagonista a su agente, Mino Raiola.

El compromiso incluía el fichaje de su hermano Antonio desde el Asteras griego y una subida de salario que llegó a 5,5 millones más bonos. Sin embargo, «Corriere della Sera» describe un escenario en el que la intención de Raiola es cancelar el contrato firmado en julio.

El agente alega una supuesta ‘violencia moral’ sufrida por Donnarumma a la hora de firmar: «Presiones psicológicas, yo firmé pero no estaba sereno». El contrato se archivó en la Lega sin ninguna cláusula de rescisión por el simple motivo de que ni el agente ni el portero lo habrían firmado. Originalmente debería haber incluido dos cláusulas (una por 40 millones en caso de no llegar a la Champions League, otra por 70), pero al final nada de esto se formalizó.

Por lo tanto, Raiola apelará a la violencia moral que constituye un defecto de consentimiento en virtud del artículo 1435 del Código Civil italiano, que podría desembocar en la anulación del acuerdo firmado. Asisimo se apunta a la ausencia del abogado en el momento de la firma, ya que abandonó la sala en señal de protesta.

El objetivo de Raiola sería vender a Donnarumma como agente libre alegando que el contrato válido expiró en junio, ya que quizás un gran equipo europeo sería capaz de ofrecerle un contrato aún más alto.

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