(OPINIÓN) Un breve análisis: Instituto Nacional Mejía vs. Colegio Nacional Experimental Amazonas

La semana pasada, precisamente, el día jueves 27 de mayo de este año, pude asistir a la final del Intercolegial de Quito, la comenté también, gracias a Radio Pichincha Universal 95.3 FM -reitero mi agradecimiento-.

Bien, hablemos del partido y de lo que ocurrió antes; siempre la previa de un intercolegial es algo bulliciosa, aún más sí el protagonista es el «Patrón Mejía», hace de los recuerdos su grito de batalla, de su historia centenaria, varios jóvenes «rebeldes» aún después de: matrimonios, grados, muertes, hijos, vuelven a su hogar como un hijo prodigo. Siempre, hay alguien a lado de sus efemérides. Del otro lado del terreno se dispuso el «Colegio Nacional Amazonas», nuevo en este ámbito -futbolero-, pecaron de inexperiencia, deben demostrar que la final es un logro estudiado y no necia casualidad.

Hubo mucha contención policial, al espera de una batalla que nunca sucedió: se vivió en alegría el partido. Antes, durante, después. En la cancha, partido equilibrado, el Amazonas no tenía nada que perder, y el Mejía tenía que hacer respetar su crónicas anteriores.

El colegio Mejía se destacan las actuaciones del capitán Stalyn Loya, los delanteros Ariel Díaz y Jéfferson Cunduri, el último con un doblete; en este deporte siempre se emergen los marcadores, los que fucilan al rival, los que inflan a las gradas; en fase defensiva corrieron algunas acciones de peligro, pero la suerte y el destino negó la rabia del gol recibido para los azul-amarillo. En el conjunto dirigido por el estratega Marlon Campos, emergieron las figuras de Brian Galván, Jhonny Terán -en el segundo tiempo se vieron las cualidades de este 10, casi marca un gol de notable factura, casi-; y el dorsal número 3: Nervo Aguilar, figura atipica en el ajedrez del terreno de juego, Campos lo diseño como un antiguo libero, un Baresi colegial. Le costó el gol del dolor, pero su actuación no fue nefasta, al contrario.

Una nota aparte, vimos el clásico saque de meta a la sudamericana, dónde un defensa lanza el balón del borde del área pequeña, clásico en los años 80’s-90’s, lo hicieron en ambas finales: masculina y femenina, la verdad no lo había visto desde hace mucho tiempo, tácticamente se pierde un jugador en el terreno de juego y se alza la línea del fuera de juego.

Como futuro director técnico, pude ver errores de indole táctica: los saque de banda se erraron en ambos bandos, esto indica una falta de atención en este fundamento de juego por parte de los formadores; recordemos que en este tipo de partidos siempre hay algún scouting reconociendo/examinando una oportunidad. Al llegar al fútbol profesional esto, ya no se debe de corregir. En la parte física vimos, muchas contracciones musculares producto de la formación de ácido láctico; no se recrimina nada ni al cuerpo técnico ni a los jugadores, más bien se hace un llamado de atención a quienes organizan estos tornes. ¿Por qué no mejorar la infraestructura de base: las canchas, los estadios -barriales y no barriales-? ¿De dónde creen que salen los jugadores de fútbol profesional? Al llegar a la parte final del torneo sufre el espectáculo, tanto para los que juegan como para quién acude a estos eventos.

En fin, se vivió un fastuoso partido, la organización de la final estuvo acorde a un evento de este alcance, reunió más espectadores que un partido de fútbol profesional, y esto debería darnos pautas para crear preguntas, ¿no debería ser al contrario? Espero vivamente, que ambos hayan festejado, unos con alegría y otros con rabia, esa rabia que saca adelante los hechos; éxitos quedan si logran seguir el trabajo diseñado, para los unos y los otros.

Fotos: archivo del autor y Bendito Fútbol.

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